sábado, 26 de septiembre de 2009

martes, 22 de septiembre de 2009

lunes, 21 de septiembre de 2009

SE LO DEDICAMOS A TODOS…

Llegó, llegó por fin el día para el esperado festejo de la gran familia de Once Tigres, y sin dudas, después de lo vivido, valió la pena esperar…
Es que teñimos a la ciudad de azul y amarillo desde bien temprano, con la caravana de hinchas que se dio cita en la Plaza Belgrano para ir todos juntos al estadio del granate, donde “La 90” no paró de alentar, acompañada por una multitud de simpatizantes de la institución que gozó con la tranquilidad del éxito obtenido.
El partido, una mera anécdota, mostró a Once Tigres como siempre a lo largo del campeonato, profundo, dinámico, superior a sus rivales en el primer tiempo y algo distraído en el complemento.
Un tiro de larga distancia de Julio San Miguel puso la diferencia para el Tigre y después, de penal, Cortés entregó la igualdad para los del “santo”.
Cuando a nadie, ni a los de adentro ni a los de afuera les importaba ya el trámite, llegó el pitazo final del árbitro para desatar un espectacular festejo, en el que las mejores postales fueron entregadas por la emoción compartida por los más jóvenes que logran su primer título en la Primera División como por los más experimentados, para quienes sin lugar a dudas este logro tiene un significado especial por todo el sacrificio y la pasión puesta de manifiesto a lo largo de todo el campeonato.
Así, verlo a Belloso o a Zoller, con los ojos llenos de lágrimas por otra vuelta más, girar la cabeza y encontrarse con viejas glorias del club como “Rabito”, colgado del alambre junto a su familia y en pleno festejo, se vuelven imágenes para atesorar para siempre, confirmando que Once Tigres ha sabido convertirse en una gran familia, respetuosa de su historia, a la que le hace honor no solo en lo institucional o lo deportivo, sino también en el terreno más importante: la faz humana y el reconocimiento a quienes dejan todo por esta casaca.
El postre de una jornada inolvidable llegó con el tradicional festejo en Plaza Belgrano, donde los menos habitués de la cancha cada domingo se sumaron también a la merecida descarga de emociones contenidas.
Pero la frutilla fue sin dudas en nuestro querido “Coqueto”, donde cuando al caer la noche y cuando la garganta ya no daba para gritar más, alguien tuvo la feliz idea de dar la vuelta olímpica en casa. Las puertas del campo de juego se abrieron, y mientras la gente de La 90 se agolpaba en la popu, los jugadores y el cuerpo técnico giraron por todo el perímetro del campo de juego, en una imagen privilegiada para todos quienes pudimos estar ahí.
Como párrafo final de una jornada inolvidable, conservamos la frase del DT, Miguel Rumi, cuando finalizado el partido, manifestó a la prensa que este era el justo premio a muchas jornadas de sacrificio y trabajo, al que el Club apostó, “mientras otros reclamaban y lloraban”.
Una gran verdad, un exacto resumen de lo que fue este 2009 que nos entregó el bicampeonato.
Salud, Campeón!!!