MUCHO FUTBOL…. UN POCO DE SUERTE

En un partido que se presentaba con todos los ingredientes, entre ellos nada menos que los nervios del inicio de un largo camino con un final soñado y compartido por todo el imaginario de la gran familia del Tigre, nuestro equipo logró, con fortuna, pero también con la cuota de suerte necesaria, la que no se necesitó en 2008 y dijo ausente con mayúsculas en 2009 los primeros tres puntos en el marco de la edición 2010 del Torneo Argentino C.
Un Coqueto que lució como lo viene haciendo en los últimos años sus mejores galas, recibió a una multitud a la que no le importó el calor agobiante, y seguramente ese acompañamiento siempre masivo de la gente auriazul fue el último empujón anímico que necesitaron los jugadores para demostrar desde el inicio que como siempre, son partícipes del mismo sueño que de quienes estamos detrás del alambrado.
Un planteo ofensivo de Abdeneve trajo sus frutos a apenas 1 minuto de juego. El Pato Torres –que luego se convertiría en una de las grandes figuras de la tarde-, sacó largo, Maccagani desequilibró y con “rabona” habilitó magníficamente a Julio San Miguel para que este cambiara el palo del estático Rocca y se festeje grande en nuestro estadio.
Con el correr de los minutos, Once Tigres demostró que la explosión ofensiva que lo caracteriza sigue intacta, dirija quien dirija, y así se generaron varias situaciones claras que, como también lamentablemente viene sucediendo, no se convierten y se lamentan.
El propio Maccagnani, Vladimir y San Miguel lo tuvieron cerca y Carreta de media distancia, pero la diferencia no se amplió, con lo que la visita ganó confianza y juego, generando también sus situaciones.
Allí se volvieron a observar también algunos “baches” curiosamente también habituales en los Tigres, con desatenciones en la contención y la defensa, que posibilitaron una escapada de los delanteros del Defe, que obligó a Torres a derribar a uno de ellos, en un claro penal que luego Ignacio Martín cambiara por gol sobre el final de la primera etapa.
Nada cambió en el trámite del cotejo en los primeros minutos del complemento, con Once Tigres punzante y ofensivo y la visita con más pausa y lentitud.
Ascani, de imparable desgaste a lo largo de los 90, habilitó a Maccagnani, y el jugador “millonario” definió con clase para poner las cosas en orden y con justicia.
Pero después, el juego fue decayendo un poco y Defensores utilizó la experiencia de sus hombres –aún con una importante merma física- para complicar a la defensa y a Torres, que se convirtió en gran parte del sostén de estos tres puntos.
La expulsión de Coco Goycochea, entre desaprovechado y poco participativo por la derecha, trajo momentos de zozobra para el arco local, aunque la contra de Once Tigres, encabezada por Vladi y Corto Martín –ingresó por Maccagnani-, seguía complicando.
Más aún se complicó el trámite cuando Julito debió dejar la cancha por un golpe, paro no quedó tiempo para la hazaña visitante, cerrándose un cotejo muy atractivo y entretenido, bien jugado y con buenos planteos, como para alimentar esperanzas de buen fútbol en un certamen tan competitivo como este.
El balance para el Tigre resulta muy positivo, no solo por la victoria, sino porque lo bueno mostrado por el equipo es muy superior a lo que debe corregirse, y así lo muestra la victoria, con justicia y con suerte.
Para destacar las actuaciones de Torres, Maccagnani y Ascani, aunque el nivel general del equipo fue aceptable y abre esperanzas para otra victoria ante Naón, “ese” rival tan especial para los auriazules.
Por eso y por todo lo demás, la presencia de todos el domingo, en casa del Terco –otro “detalle”- es fundamental para que los jugadores y el cuerpo técnico sepan que estamos como siempre con ellos y con este sueño que una vez más se puso en marcha.