EN LOS "CUARTOS" DEL VECINO

Sin brillar como en otros cotejos, pero también sin sufrir, el representativo nuevejuliense igualó en dos tantos ante Huracán de Carlos Tejedor y llegó a los Cuartos de Final, donde enfrentará a Bragado Club, que por penales, dejó en el camino a Camioneros de Luján.

No fue el mejor partido de Once Tigres, ni mucho menos. Puede pensarse en que la diferencia obtenida el domingo pasado fue determinante, no sólo para el resultado, sino también para el inconsciente de los hombres auriazules, que si bien no salieron relajados (como lo demuestra la tempranera diferencia encontrada a través de Valdimir Ascani), en varios pasajes del juego se mostraron desconcentrados y lejos de su nivel habitual.
En contrapartida, no sería lejano pensar tampoco que con la diferencia a favor y el reloj cerrando las escasas chances para el milagro que encontraba Huracán de Tejedor, Once Tigres no quiso mostrar todo su potencial ante los “ojos curiosos” del cuerpo técnico de Bragado Club, que se hizo presente en “El Coqueto”, para ver a su futuro rival, luego de haber eliminado por la mañana y por penales, en un cotejo electrizante, a Camioneros de Luján.
Más allá de las elucubraciones y de todas las explicaciones que intenten buscarse, si bien no fue la mejor tarde de los hombres de Santorelli, fue una de las más valiosas, ya que Once Tigres logró con su empate en dos tantos por bandos meterse nada menos que en los Cuartos de Final del Argentino “C” 2011.
Con las ausencias obligadas de Martín Tempestti y Agustín Celin –que debieron cumplir una fecha de suspensión al haber llegado al límite de amarillas-, el representativo nuevejuliense cambió piezas defensivas y creativas con los ingresos de Mariano Delamer, que se paró de defensor lateral derecho –pasando Dizeo a la izquierda-.
En el medio, Ignacio Bossio jugó como volante por derecha, completándose la línea media junto a Frisenda, Ojeda y San Miguel.
Si bien estas modificaciones podían llevar a presuponer que el Tigre se mostraría expectante y aguardaría a su rival, que necesitaba revertir la diferencia de 0-3 en contra, en el minuto de juego, los de 9 de Julio consiguieron la primera diferencia.
Zamprogna se adelantó en la cancha, abrió a la derecha para Bossio y éste envió un centro perfecto para que Vladimir Ascani cabeceara al palo izquierdo del arquero, desatando la alegría de un estadio repleto y poniéndole el candado a la serie.
Pero la visita no estaba dispuesta a entregarse fácilmente y salió a quemar las naves jugando con mucho criterio en los pies de Castaño, Nuñez y Carberol; enlaces que el propio Núñez capitalizaría en empate luego de una llamativa desinteligencia y un quedo defensivo de la defensa, levantando el balón ante la salida de Facundo Cacho.
Luego de la paridad de los tejedorenses Once Tigres se desconcentró nuevamente y al no acoplar Venditto y Zamprogna en la zaga central, Carberol y Núñez se iban convirtiendo poco a poco en un gran problema.
Las reacciones de Once Tigres, que se mostraba con un equipo “largo”, sin conexión en el medio campo, se daban de contragolpe y mediante esta estrategia llevaba peligro al arco de Recareid.
Ascani desbordó por derecha a los 18 minutos, luego de un rebote la pelota le quedó a Daniel Montenegro y su remate fue sacado en la línea por Castaño. Cuatro más tarde el propio centrodelantero picó perfectamente habilitado para buscar un centro de Delamer, le dio “3 dedos” al segundo palo del arquero y se fue apenas afuera.
Parecía la recuperación de Once Tigres, que jugó en este espacio los mejores minutos del cotejo, consiguiendo una nueva diferencia sobre los 31, cuando Venditto la envió al fondo de la red luego de un gran centro de Ojeda, que anteriormente peinara Frisenda.
El marcador nuevamente a favor tranquilizó al auriazul, que tuvo dos mas a su favor en los pies de Bossio y Delamer.
La reacción de Huracán llegó cerca del epílogo de la primera parte, luego de que Mauricio Delpino debiera ingresar por Zamprogna –lesionado con un golpe en su cintura- y otra vez sus hombres más habilidosos desacomodaron a toda la defensa de Once Tigres.
Sobre 44, tras un córner, Campos, de palomita, entrando por el segundo palo y luego de que la peinara uno de sus compañeros, puso una nueva igualdad que terminaba resultando justa.
El complemento fue apenas una sombra de una primera parte tampoco buena, pero al menos animada por los goles.
Huracán fue amplio dominador del balón a través de Campos y explotó el lateral derecho con Carberol y las subidas del lateral Ariznavarrete, pero estro no puedo traducirse en situaciones claras ante Facundo Cacho, que tuvo como único gran sobresalto un mano a mano con Romani, recién cerca del final.
Los ingresos de Maccagnani por Montenegro (merecidamente ovacionado por su solitario y sacrificado trabajo) y Perazzo (tuvo una clara y le dio muy lejos) por San Miguel, no lograron cambiar la cara del Tigre, que cerró la fría tarde con los aplausos y los cánticos de su gente, pensando ya en el próximo choque ante Bragado Club.
Esa razón, como quedó dicho al principio, puede haber sido la explicación más lógica de este empate que parece pasar desapercibido, pero que sin embargo abre ni más ni menos que la llave de Cuartos de Final ante el buen equipo de la vecina ciudad.
Tanto los errores como las omisiones ya son parte de un partido en el cual, el resultado obtenido como visitante las “permitieron”. Seguramente, otra será la historia de este equipo que ya ha mostrado sobrados méritos el próximo domingo, en su estadio, cuando reciba a Bragado Club en el cotejo de ida.


ELECTRIZANTE CLASIFICACION DE LOS BRAGADENSES
Bragado Club accedió a los Cuartos de Final y enfrentará a Once Tigres, luego de una electrizante definición por penales, tras un partido increíble, disputado en la mañana de ayer en el estadio Municipal de Bragado, donde el Tigre jugara ante Villa Tranquila en la primera serie de play off.
Comenzó ganando Camioneros. Bragado Club lo dio vuelta y a los 46 minutos, lo igualó el equipo de Luján, forzando la definición por penales.
La sufrida “lotería” favoreció a los tricolores por 4-2 y dejó en el camino a uno de los “cucos” del tercer ascenso.