SANTORELLI CUMPLIO SU PALABRA

"Temperamental y sanguíneo, porque no me gusta perder a nada", esas fueron las palabras de presentación personal del DT de Once Tigres para este Torneo Argentino "C" 2011, Omar Santorelli, las que impusieron inmediatamente respeto y silencio en la calurosa tarde del 4 de diciembre de 2010, cuando fue presentado ante la prensa y la comunidad como entrenador del sueño auriazul.
"Mis equipos siempre han dejado la vida y han puesto la actitud por sobre todo, sin olvidar, claro, que esto es un juego en el que hay que entregar todo; asumiendo el compromiso y la responsabilidad necesaria por esta gente, por la camiseta y por la institución", señalan textualmente los archivos respecto de los conceptos del ex defensor central de la histórica Selección de 9 de Julio dirigida por Oscar Carranza, en oportunidad de aquel primer contacto con los medios.
Pasaron exactamente 5 meses y 25 días de aquella definición y nadie, absolutamente nadie puede decir que ese "loco lindo" -que grita desaforadamente al lado de la línea de cal, o mucho más lejos, ya que por su vehemencia y temperamento ha tenido que sufrir suspensiones- no ha cumplido con lo prometido.
Aquello de "...mis equipos siempre han dejado la vida y han puesto la actitud por sobre todo..." se ha cumplido al pie de la letra, quizá con la sola excepción de una suerte de "miedo escénico" natural ante un debut, como fue el primer tiempo ante Defensores de la Boca, en la ronda clasificatoria.
"En el fútbol la mentira no es pecado, porque desde hoy tenemos que convencer a mis jugadores que son los mejores del mundo, que los dirigentes son los mejores y que la hinchada es la mejor", dijo instantes después en aquella oportunidad, y vaya si fue así...
Sus jugadores se entregaron de una manera excepcional para el logro del objetivo, sacrificando todo, absolutamente todo en cada entrenamiento y en cada partido, y fueron los mejores; la dirigencia redobló esfuerzos y como impone el fútbol del interior, debió tapar baches sobre la marcha, convirtiéndose en leones, más que en Tigres para que nada faltara alrededor de esta campaña.
Los hinchas no lo hicieron por menos y fueron haciendo crecer su acompañamiento hasta entregar postales inolvidables de cancha llena como local y tribunas repletas como visitantes.
Pero más allá de las frases iniciales, si una quedó marcada a fuego como síntesis de este Argentino "C" 2011, fue una que tiró sobre la marcha del certamen, si mal no se recuerda, luego de la abultada victoria en la llave ante Villa Tranquila de O Brien: "que no nos roben la ilusión", se convirtió casi en un hit para todos y en la arenga que se repetía insistentemente en el vestuario antes de cada cruce, en la soledad e intimidad de jugadores y entrenador.
Fue la misma frase que cerró los festejos, entre lágrimas, aquella agobiante y larga tarde de los penales ante Argentino de Saladillo, cuando todos, tácitamente y con mirada cómplice se prometieron llegar a un final como este.
Nadie pudo robar la ilusión de Once Tigres, nadie podrá robar ahora su felicidad luego de tantos sacrificios.