miércoles, 7 de septiembre de 2011

PRIVILEGIO… ORGULLO

En poco más de 90 minutos –el mismo espacio de tiempo por el cual se prolonga una de las pasiones más intensas de nuestras vidas-, un grupo de Hombres, así con mayúscula, saldrá a la cancha a jugarse entero por su propio orgullo, el de sus colores y por el nombre de una ciudad y su fútbol.
Algunos pueden entenderlo, otros no tanto… y está bien, siempre ha sido y será así, porque esa es la esencia misma del fútbol; algunos estarán de aquí en más mirando el reloj a cada instante, caminando de un lado a otro sin saber dónde ir, comiéndose las uñas y hasta mordiéndose los codos si fuera posible… otros, simplemente esperarán el momento oportuno para encender la radio y anoticiarse de lo que buscan, el fracaso de los otros…, algo que logre saciar una envidia a veces meramente futbolera, otra veces más mundana y por ende, más dañina…
Otros llevarán sobre sus hombros, aunque no como pesada mochila, sino como una responsabilidad que todos los que aman este deporte desearían asumir, el orgullo de representar por primera vez al fútbol de un distrito, a su gente, en una instancia superior, extraña tal vez, novedosa; una suerte de abundante plato de entrada para el gran banquete que se disfrutará el domingo, cuando ante nuestros ojos, ni más ni menos, se haga realidad aquel sueño que comenzó a soñar en diciembre de 2007 y que el 29 de mayo pasado simplemente cerró un primer capítulo.
Ahí estarán, en un rato, y en unos días también, aquellos PRIVILEGIADOS a los que Dios y sus sueños, el destino y su propio sacrificio, pusieron ahí…
…los que llegaron un día para ponerse una camiseta, la misma que hoy lucen, aunque aquella hubiese resultado más grande que todos sus anhelos; los que vinieron desde otros Clubes, amando a sus colores de toda la vida, pero siendo capaces de entender que el tren de la ilusión no siempre transita por los rieles que uno desea; los que han encontrado aquí un motivo para apostar a sus sueños…
Pero también nosotros, los afortunados hinchas que han podido viajar para compartir la inmensa alegría que significa dar el primer paso para una nueva meta; los que por trabajo, familia u obligaciones, no podemos estar físicamente allí, en ese lugar impensado que nos tocó en suerte, lejano y extraño, pero que armamos el día en función, aunque más no sea, de poder escuchar por radio 90 minutos inolvidables, cualquiera sea el resultado, sin hacer otra cosa más que eso, escuchar, cerrar los ojos y soñar estar ahí…
También los segundos debemos sentirnos, como los primeros, PRIVILEGIADOS. Nada menos que por habernos tocado en suerte ser contemporáneos del hasta ahora –porque seguramente vendrán más- momento más glorioso en la historia de nuestro querido Club, del fútbol de una ciudad.
Todos, los de un lado y los del otro a los que imaginariamente y sin lograrlo intenta dividir una línea de cal, sentimos hoy el inmenso ORGULLO de ser de Once Tigres, de ser nuevejulienses y que nuestros coterráneos nacidos en estos pagos y quienes hoy se sienten uno más en la comunidad salgan a defender ese valor con tanta entrega como si se tratara de algo más que su propio sueño, casi como su propia vida…

Pablo Martorell
miércoles, 07 de septiembre de 2011, 14:19

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